Cenza ha pasado de la incertidumbre a una nueva oportunidad.

Cenza apareció corriendo por el monte sin rumbo. No sabemos de qué (o quién) huía. Nadie sabe cuánto tiempo estuvo buscando desesperadamente algo que ni ella misma entendía. Cuando la recogimos, jadeando, agotada, su cuerpecito nos lo dijo todo: estaba exhausta, pero al fin estaba a salvo.

Durmió durante dos días enteros, recuperando fuerzas y dejando que el miedo se diluyera. Ahora, un tiempo después, agradece cada caricia o cada palabra amable con dulces lametones. Sin embargo, hay veces que aún llora: no entiende por qué su vida cambió de repente.

Pero sabemos que lo mejor está por llegar.

Cenza es una perrita increíblemente cariñosa, buena y llena de amor. Solo necesita una familia que la ayude a olvidar el pasado, que la haga sentir segura y querida, que le enseñe que su historia no termina aquí, sino que apenas está empezando.

En el refu lo está pasando mal, ella llora porque quiere estar con gente, es muy mimosa y no se merece estar en su canil enano todo el día.

Si quieres ser parte de su nuevo comienzo, si quieres darle la oportunidad de conocer lo que realmente significa un hogar, ven a conocerla.

AMADRINADA POR: Josefa Milagros Gutiérrez Pardavila.